El resfriado y tu suelo pelvico

El suelo pélvico es una estructura formada por músculos y ligamentos, cuya función es la de sostener las vísceras abdominales situadas en la región pélvica, y funciona como elemento de contención de los esfínteres ante cambios de presión en la zona pélvica. Si estos cambios de presión se prolongan en el tiempo de forma continua, pueden tener como consecuencia el debilitamiento de esta estructura muscular, lo que provoca pérdidas de orina y, a largo plazo, un descenso o descolgamiento de las vísceras de la zona abdominal. Esto podría desembocar en la aparición de un prolapso, es decir, estos órganos internos saldrían al exterior.

Existen varios factores que llevan al debilitamiento del suelo pélvico, uno de los cuales es obviamente el paso del tiempo. Con la edad, todos los músculos pierden tono y comienzan un proceso de debilitamiento, y la región pélvica lo sufre igualmente. Pero si existe una causa de alteración en la estructura muscular pelviana, esta es el embarazo y el hecho de dar a luz. En efecto, es la principal causa del debilitamiento del suelo pélvico, debido a la presión que ejerce el feto, especialmente durante los últimos meses de embarazo, y por supuesto el posterior esfuerzo del parto, momento en el que se produce una brusca alteración de toda la zona. Por ello, éste es un problema que se atribuye principalmente a las mujeres, pero es importante saber que también se puede dar en los hombres.

Proteger el suelo pélvico durante el resfriado

Con la llegada del invierno, llegan además los temidos resfriados y gripes, e igualmente en primavera, algunas personas sufren de alergias frecuentes que desencadenan estornudos. Además de los síntomas propios del resfriado o la alergia, las personas que sufren debilitamiento del suelo pélvico pueden tener problemas en el momento de toser o estornudar, pues es uno de los cambios de presión en la región pelviana anteriormente mencionados. Afortunadamente, existe una manera de «educar» a los músculos para proteger el suelo pélvico cuando aparece la tos.

Uno de los consejos más importantes es mantener una postura correcta, es importante toser en posición erguida y no con el cuerpo inclinado hacia delante, pues esto supone un sobreesfuerzo en la zona. Después, se ha de contraer toda la región pélvica, cerrar la zona de los esfínteres y mantener esta presión en el momento de toser o estornudar. Un gesto muy importante es contraer la musculatura del abdomen, pero no bloquearla. Aprender a realizar este ejercicio de forma correcta es fundamental para evitar la fuga de orina. Si no se realiza esta contracción de forma correcta, la parte baja del abdomen puede sobresalir, curvando la zona del suelo pélvico, lo que provocaría la pérdida de orina.

Otros consejos generales

De forma general en el día a día, se pueden seguir una serie de rutinas y ejercicios diarios para fortalecer la zona de la región pélvica. Es importante recordar que el suelo pélvico no realiza su función de contención de forma solitaria, sino que trabaja de forma coordinada con la región abdominal conocida como core, formada por los músculos del transverso, el diafragma y los multífidos, por lo que es fundamental fortalecer también esta zona.

Los ejercicios de Kegel y los hipopresivos de la zona abdominal son estupendos para prevenir la alteración del suelo pélvico, ya que, a través de contracciones de la zona promueven, fortalecen la musculatura y «reeducan» el control de los esfínteres. Otro de los ejercicios más eficaces es el uso de bolas chinas (siempre consultando previamente con el experto en suelo pélvico), pues puede contribuir a evitar esta alteración de la zona pélvica, fortaleciendo los músculos y tejidos. Y por supuesto, la relajación es primordial para evitar estos problemas.